Espíritu González vuelve en la Feria del Libro de Madrid gracias a Librería Deportiva Esteban Sanz.
Aprovechando mi estancia en Madrid por la presentación de mi novela “He muerto y he resucitado”, volvía por cuarta vez a firmar mis libros motivacionales en la Feria del libro de la capital. De la última vez ya hacía seis años. Una pandemia, unos años difusos y las dificultades que siempre entraña firmar libros en una de las ferias más prestigiosas del mundo lo había impedido. Jorge Sanz de Librería Deportiva Esteban Sanz volvió a darme la oportunidad. Para mí poder firmar en la que es probablemente la mejor librería especializada en deporte de Europa es un honor. De su fundador, el señor D. Esteban Sanz, solo puede tener muestras de aprecio, cariño y respeto. Él y su hijo Jorge han sido un pilar fundamental en mi carrera literaria y motivacional.
Este año era distinto a los anteriores. Al ser entre semana, jueves 1 de junio, era conocedor de que mis compañeros lectores: normalmente opositores y policías, tendrían más dificultades para asistir a los jardines del Retiro donde se desarrolla la feria. Para colmo estuvo toda la tarde lloviendo, hasta el punto, que solo una par de horas antes del comienzo de la firma, creí imposible que se pudiera celebrar por la fuerza con la que arreciaba el agua.
Pero a las 19.00 horas la lluvia se convirtió en un ligero chispeo y durante un par de horas pude firmar, saludar y agradecer a quienes pasaron por la caseta 66 del parque del Retiro. Así pude conocer entre otros, a un par de opositores a Policía Nacional que me contaron que acababan de realizar la entrevista de la oposición a Policía. Sus sensaciones eran muy buenas y, aunque había que esperar los resultados de las pruebas, había motivo para el optimismo. En unos días me dirán que lo han conseguido y que en septiembre comenzarán la escuela en Ávila. Entonces les recordaré lo que le puse en la dedicatoria.
Aunque este año, lo que más me sorprendió fue la cantidad de familiares, madres y padres de opositores y policías en prácticas, que se pasaron a darme las gracias por haber ayudado a sus hijos a luchar hasta conseguir la plaza. Que los opositores y sus familiares me agradezcan mi trabajo me da energía para seguir creyendo en la labor que hago. Y aunque uno ya no tiene las mismas energías que hace unos años, cuando los opositores acudían en horre a que les dedicara los libros y llevarse el recuerdo de una fotografía, mientras queden opositores que necesiten de mi ayuda, me veo en el compromiso (conmigo mismo) de seguir luchando en pro de los sueños de mis compañeros. Porque gracias a ellos, a vosotros, estoy viviendo un sueño. Duro y sacrificado, pero un sueño que hace veinte años, cuando deambulaba sin rumbo por no decir hacia la deriva, jamás hubiera imaginado.
A finales de año presentaré el que puede que sea mi penúltimo libro motivacional. Hasta pronto, Madrid.
